En los temas del amor
no existe corazón capaz de sobrevivir.
El amor y el dolor son uno,
nuestras heridas son mil.
Somos soldados en el campo de batalla,
soldados con un arsenal guardado:
Besos, caricias, abrazos...
Luchamos por no desvanecer,
somos seres creados por Ares,
buscando enemigos,
buscando batallas,
buscando ser heridos.
Hoy busco una chica guerrera,
que pase de tácticas,
técnica en caricias,
exigente en abrazos,
espontánea en sonrisas.
Busco una chica soldado,
que muerda, que arañe,
que me haga daño...
Quiero tener cicatrices de guerra
si su cama es de batalla mi campo.
Quiero que me mire a los ojos
con ese fuego....
el fuego que tuvieron todos los militares
que clavaron su mirada en la muerte
antes de guerras sin supervivientes.
Rómpeme la ropa,
arráncame los prejuicios.
Esta noche colgamos la razón en el perchero,
calza tu mejor gala, tu vestido animal.
Tú, yo y el deseo sexual.
Palabras bonitas ahora sobran,
la paz parece imposible de conseguir,
la guerra no divisa el fin.
Olvídate lo que sabes del amor,
ahora sólo Ódiame, hazme sufrir.
Mi ariete arremete contra tu fortaleza,
movimientos rítmicos
que derrumban tu defensa.
Y es que tu escudo
no puede con el filo de mi espada.
Pero no todo es tan fácil...
Tú no lo permites,
luchas y resistes.
Cualquier objeto es hoy tu arma,
tus dientes, tus uñas, tu boca...
Con tus uñas recorriendo mi espalda
yo me aferro a tu cuello con los dientes,
la calma se divisa tras la tormenta.