miércoles, 21 de octubre de 2015

Minimalismo - El arte de la sencillez


"Si quieres crear algo bello, sólo tienes que hacer lo necesario, nada más."


   Los amantes de la moda espero me perdonen, pero no había mejor frase que esta de Giorgio Armani para encabezar esta entrada. Consciente soy de no estar escribiendo una entrada como las anteriores, no es una poesía o unos versos que intentan buscar el romanticismo de Becquer o la maestría de Hernández. Hoy sustituyo la pluma por instrumentos, los versos por notas... La poesía por música.



   Todos pensamos en la moda como la más extravagante y recargada de las artes. Colores, telas, bordados, plumas... Miles de complementos nos inundan la mente, pero ¿son realmente necesarios tantos adornos para llegar a la maestría estilística? Pues todos nos sorprendemos con los grandes solos del bajista Víctor Wooten cargados de tantas notas como arena encontramos en la playa, esas ornamentaciones del barroco tardío a manos del viejo Bach o las miles de notas fugaces de Paganini que caen sin pausa sobre la corteza del violín tras viajes astrales del músico prodigio.

   Tras esta reflexión podríamos abrir un fascinante debate: ¿Qué es la belleza? ¿Qué significa ser bello? Sin embargo, lo siento queridos lectores, ese no es el tema que hoy venía a tratar. No obstante, si a alguno le interesa tanto dicha discusión como a mí, ruego no sean tímidos y comenten, pues si el tiempo me lo permite redactaré algunas entradas respecto al interrogante.

   Sin grandes indagaciones Todas las artes cuentan con una historia articulada por contradicciones. Las tendencias, movimientos y periodos pueden catalogarse por la aceptación de un nuevo principio o la negación de uno ya existente. La música puede resumirse como periodos luminosos y periodos oscuros,  aceptando como oscuros aquellos en los que se ha abusado de alguno de los parámetros compositivos (ritmo, armonía, técnica...) y luminosos en los que se ha buscado la proporción y la sencillez. De este modo podemos entender a groso modo los cambios producidos entre la música Renacentista, el Barroco, el Clasicismo y El Romanticismo. Son oposiciones que han trascurrido en el tiempo sin verse las caras en las unísonas notas del tiempo. Y es que no es hasta la música del siglo XX donde conviven distintos géneros casi contradictorios en sus entrañas.

   Es en dicho siglo donde encontramos el alba de un nuevo género, enfrentado a la oscuridad de la música dodecafónica y el serialismo integral. Encontramos el amanecer del MINIMALISMO. Una música bella engendrada únicamente de "hacer lo necesario, nada más".


  Desde mi humilde opinión el minimalismo es la busqueda contínua de la máxima belleza con los mismos y, en muchos casos, los menores recursos posibles. El minimalismo consigue estrujar la música hasta universos inimaginables, la repetición sin final que nos lleva al exponente infinito de la belleza en sí misma.

  Es difícil de expresarlo por escrito... La música solo puede ser trasmitida por la exitación de los oidos, por ello hoy os traigo un vídeo de uno de los que para mí, en el paronama actual, es uno de los grandes compositores del minimalismo, Ludovido Einaudi.












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